viernes, 6 de mayo de 2011

Veinte.

Parece que fue ayer cuando cumplí 16, o los esperados 18, y hoy, cumplo los 20. Es raro estar lejos de casa un día como hoy. Se echan de menos las cosas más banales, como la tarta de mamá, o estar con la familia, pasar parte del día en casa, o que los míos me feliciten en persona y no a través del teléfono.
El día que decidí ir a estudiar fuera asumí que en días así estaría lejos de casa. Por otra parte, aquí he encontrado una especie de nueva familia, supongo que el estar todo el día juntos hace que nos cojamos cariño, además, sólo nos tenemos los unos a los otros, y en los buenos y malos momentos no nos queda otra que apoyarnos.
En realidad, estos 20 no son tan diferentes a los últimos 3 años. Estaré todo el día esperando una llamada, que sé que no recibiré. Es realmente triste, ya que espero algo que sé que no sucederá, pero no pierdo la esperanza, supongo que no quiero aceptar que no me llamarás, que no me felicitarás, que no estarás conmigo... Pero sé que al mirar al cielo estarás ahí y que hoy brillarás más que nunca, y tengo que conformarme con eso... 
Parece un texto triste, pero en realidad no es así, porque hace justo una semana tuve el mejor cumpleaños de mi vida, con las personas que más quiero, y ayer lo celebré aquí y esta noche también. No puedo pedir más.
Gracias a todos.

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