martes, 31 de mayo de 2011

No te acostumbres a mí.

-Te puedo pedir una cosa?
-Sí, dime.
-No te acostumbres a mí.
-¿Cómo?
-Que no te acostumbres a mí. Ni a mi risa, ni a mi manera de mirarte, ni a mis sonrisas en esos momentos, ni a mis besos, ni a mi olor. No te acostumbres a que te ayude con los deberes, ni a que hablemos de tus problemas, ni a que te escuche con atención. No te acostumbres a como te miro o te dejo de mirar, no te acostumbres a mis mejillas rojas como un tomate cuando te ríes de mí, ni te acostumbres a mi rabia, ni a reírte de las cosas que digo. No te acostumbres... En serio.
-¿Y eso a que viene?
-A nada. Simplemente algún día me cansaré, me iré y echarás de menos 
esas cosas si estás acostumbrado.

viernes, 20 de mayo de 2011

No puedo seguir si me faltas.

Y me faltaron besos. Lo asumo y sigo preso, y algo más que decir, no puedo seguir si me faltas. Última línea juntos. Verso acabado. Punto.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Los imposibles también existen.

Hacer locuras aunque nadie entienda.



Pero a ver que no, que no, que yo te quiero, te cambio un sí por ese
ya no puedo.

viernes, 6 de mayo de 2011

Veinte.

Parece que fue ayer cuando cumplí 16, o los esperados 18, y hoy, cumplo los 20. Es raro estar lejos de casa un día como hoy. Se echan de menos las cosas más banales, como la tarta de mamá, o estar con la familia, pasar parte del día en casa, o que los míos me feliciten en persona y no a través del teléfono.
El día que decidí ir a estudiar fuera asumí que en días así estaría lejos de casa. Por otra parte, aquí he encontrado una especie de nueva familia, supongo que el estar todo el día juntos hace que nos cojamos cariño, además, sólo nos tenemos los unos a los otros, y en los buenos y malos momentos no nos queda otra que apoyarnos.
En realidad, estos 20 no son tan diferentes a los últimos 3 años. Estaré todo el día esperando una llamada, que sé que no recibiré. Es realmente triste, ya que espero algo que sé que no sucederá, pero no pierdo la esperanza, supongo que no quiero aceptar que no me llamarás, que no me felicitarás, que no estarás conmigo... Pero sé que al mirar al cielo estarás ahí y que hoy brillarás más que nunca, y tengo que conformarme con eso... 
Parece un texto triste, pero en realidad no es así, porque hace justo una semana tuve el mejor cumpleaños de mi vida, con las personas que más quiero, y ayer lo celebré aquí y esta noche también. No puedo pedir más.
Gracias a todos.

domingo, 1 de mayo de 2011

Vuelve a iluminarte estrella.

Ayer fui a verte, y, créeme, aún se me hace difícil ir allí, dejarte flores, darle un beso a tu foto y hablarte en silencio, contarte las cosas que me pasan, esperando que las escuches. Decíamos que poco a poco lo superaríamos, pero sé que no es verdad, que eso jamás se superará, sólo nos queda aprender a vivir con ello. Después de casi cuatro años, todavía es extraño ir allí a verte... Todavía recuerdo la última vez que te vi, cómo ibas vestida, lo que me dijiste, el último mensaje, la última llamada, el último abrazo, el último te quiero. Todavía recuerdo tu sonrisa, tus abrazos, las largas conversaciones telefónicas, el empeño en ponerle a tu hermana mi nombre, cómo conseguías animarme, siempre estabas a mi lado. Y ahora qué? No me queda nada, sólo fotos, vídeos, recuerdos... Te necesito aquí, conmigo, a mi lado.
Cuando me siento sola, lejos de casa, cada vez que necesito sentirte cerca, miro al cielo, sé que estás ahí, que eres la estrella que más brilla.
Te quiero Luisa.