viernes, 17 de diciembre de 2010

miércoles, 15 de diciembre de 2010

"Estamos hechos de la misma materia que los sueños."    
                                                                                     William Shakespeare.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió.
Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió.
Que los Varón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió.
Nadal desbancando del número uno a Federer.
Una periodista convertida en princesa.
El 12-1 contra Malta.
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es por definición probable. Lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

El miedo.

El miedo es como la familia que todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezca, los miedos son tan personales y tan diferentes como puedan serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño. Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades. Miedo a quedarnos atrás. Miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla. Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás. Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Y hoy he escuchado a un tal Punset en la tele, un señor encantador, que decía que la felicidad es la ausencia del miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente yo ya no tengo miedo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

-Sentada en un parque con niños me hice una herida a mí misma en el brazo con la inicial del chico que me gustaba.
-¿Eso lo has puesto en el currículum?
-No, no que va, me acabo de acordar. Me levantaba la costrilla todos los días para que me dejase cicatriz y así no olvidarlo nunca. Juraba que era el amor de mi vida.
-Bueno, ¿cómo todos los críos no?
-No, como todo el mundo. Que el primer amor y el último se sienten igual, eso es lo que se tarda en entender.
-Ya. Y, ¿cuándo te diste cuenta tú?
-Pues cuando dejé de rascarme. Llega un día en el que te das cuenta de que en esa pareja solo quedas tú, y que lo único que te ata a él es esa herida, y que haciéndola sangrar no mantienes vivo su recuerdo, sino el dolor de la pérdida.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La felicidad.

Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso será donde menos te lo esperas; en el instituto, en el supermercado o en mitad de una huida. Y cuando llega descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino solo es el principio de otro, y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado. Y esconderse es lo que menos te importa. Lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida, y ya solo importa el hoy, el presente, y lo que queda por venir.