Que el final de un camino solo es el principio de otro, y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado.
domingo, 12 de diciembre de 2010
El miedo.
El miedo es como la familia que todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezca, los miedos son tan personales y tan diferentes como puedan serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño. Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades. Miedo a quedarnos atrás. Miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla. Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás. Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Y hoy he escuchado a un tal Punset en la tele, un señor encantador, que decía que la felicidad es la ausencia del miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente yo ya no tengo miedo.
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